jueves, 31 de enero de 2013

una historia para crear y recrear



Taller de Lectura y juego dramático.

1. Leer el texto "aprendiendo a mover la cola".
2. Organizarse por parejas de trabajo
3. Debatir en torno al texto leído y extractar o sintetizar su contenido.
4. Crear una crónica de las posibles situaciones
5. Tomar un parque como espacio donde sucede la acción.-
6. Caracterizar los personajes ( Perro Uno y Perro dos)
7. Breve ensayo de de la puesta en escena
8. Escritura de una historia argumental
9. Escritura de un guión a partir de la improvisación
10. Producir un vídeo como evidencia.
11. Publicar en el blog
12. Contribuir con la escritura del guión colectivo.
13. Poner en escena el guión teniendo en cuenta cada uno de sus requisitos

APUNTES PARA UNA IMPROVISACIÓN PERRUNA

El siguiente texto ésta incompleto y es producto del trabajo realizado por estudiantes.
Continué y ayude a terminar el guión proponiendo nuevas acciones y situaciones hasta llegar a un final.
Tenemos una marcación escénica desarrollada en el aula. Ahora falta generar un dialogo de conflicto que permita mayor dramatismo.

Personajes:
Perro Uno
Perro Dos
Una sonata se escucha en las cercanías del parque perruno. Sin esperarlo aparece un perro de la calle cruzando el parque desprevenidamente. El perro a medida que camina se detiene y mira de un lado a otro hasta que llega al centro donde se halla una estatua. Olfatea uno de los escaños que se hallan muy cerca, luego llega junto a la base de la estatua y se orina el perro sigue merodeando por todo el parque oliendo todo a su paso hasta que decide darse un descanso y desprevenidamente se tira al suelo, luego de unos instantes comienza a rascarse pulgas y a cazar moscas de su alrededor.
Después de un buen tiempo aparece otro perro este se muestra de inmediato agresivo y mostrando los dientes, al momento se lanza en un feroz ataque contra el primer perro, lo muerde, lo estruja sin piedad mientras su contrincante chilla desesperadamente y busca levantarse sin que este lo deje, pero no bastaron los ataques llenos de ira del perro agresivo para evitar que el otro perro se levantara y huyera. El perro atacado corrió lo más que pudo hasta que se encontraron frente a frente.
-Perro Uno:
(mostrándose cansado) Por qué me ataca de esta manera?
-Perro Dos:
( gruñendo desafiante) Porque se me dio la gana de hacerlo.
-Perro Uno:
(paciente) No puedes ir haciendo eso porque se te viene en gana o no tiene que jalarle al respetico… señor perro.
-Perro Dos:
(Con altanería) Este es mi territorio y lo defiendo a como dé lugar
-Perro Uno:
(Impaciente) Este es un espacio libre y además todos los seres tenemos derechos y quiérase o no tiene que respetarlos, no puedes ir así como así, maltratando a cualquiera por ningún motivo.
Perro Dos:
(Burlón y haciendo mofa) Ahora se puso muy ético el señorcito sabiondo. Lárguese de aquí si no quiere que el de una buena solfa.

Continuen…………………….


Taller de escritores (Produzcan y envíen a niños escritores)
Lean este cuento y respondan:
¿Qué deseo creen que sería el que esta pareja debería pedir? ¿Y qué pasaría en la historia si ese deseo se cumpliera? Escriban el deseo que falta y denle un final con su imaginación.
El mejor final será el ganador.
Había una vez un hombre que no tenía bienes de fortuna que se casó con una mujer muy hermosa. Una tarde de invierno, cerca de la chimenea se pusieron a hablar de la felicidad de sus vecinos, que eran más ricos que ellos.
–Ay qué feliz sería yo –dijo la mujer- si pidiera tener cuanto deseo, mucho más feliz que toda esa gente.
-Igual me pasaría a mí- dijo el marido.
En aquel mismo momento, vieron aparecer en la habitación una señora muy hermosa, que les habló en estos términos:
–Soy un hada y les concederé tres deseos. Pero piénsenlo con mucho cuidado, porque después de que los hayan pedido, no les concederé otro más.
Desapareció el hada y la pareja se quedó en un mar de dudas.
–No voy a pedir ningún deseo todavía- dijo la mujer –pero tengo bien claro lo que quiero. Para mí no hay nada mejor que ser bella rica y una distinguida dama.
–Bueno– dijo el marido–, pero eso no se llevará la enfermedad o la tristeza; y también podrías morir joven. A mí me parece mejor desear alegría, salud y una larga vida.
–¿Y para qué quieres una larga vida sin dinero? –dijo ella–. También el hada nos tendría que conceder una docena de favores.
–Tienes razón- dijo el marido–. Pero vamos a pensarlo hasta mañana. Miraremos bien cuáles son las cosas que nos hace falta y se las pedirnos. Mientras tanto, ven a calentarte, que hace frío.
La mujer cogió las tenazas, se puso a avivar el fuego y, viendo que había muchos carbones bien encendidos, exclamó sin darse cuenta:
–¡Qué fuego tan bueno! ¡Quién pudiera tener un trozo de un rico chorizo para comerlo asado para la cena! Cuando dijo estas palabras un trozo de chorizo cayó por el hueco de la chimenea.
-¡Maldita glotona con tu dichoso chorizo! –explotó el marido. ¡Desperdiciaste un deseo! Ahora sólo nos quedan dos. Me desesperas, ojalá tuvieras el chorizo en la punta de la nariz.
En ese mismo momento, el hombre se dio cuenta de que había sido más tonto que su mujer, porque en ese instante, el chorizo saltó a la nariz de la mujer y no había forma de despegarlo de ahí.
¡Qué desgraciada me siento! Exclamó la mujer. –¿Cómo has podido desearme esto? Mira que eres malo.
–Te aseguro, querida –repuso él– que lo he hecho sin darme cuenta, no sabes cómo lo siento. Voy a pedir ahora…

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